Tengo ciertos problemas con las películas de suspenso. Los directores y guionistas deben recurrir a una serie de métodos conocidos para mantener la trama hasta el final. Entonces, ése personaje del que no se habla, que apenas aparece, que descartamos por poco relevante, terminará siendo el asesino.
Entonces, hacia el final de la película, podremos unir los hilos y todo aquello que vimos de pasada se hilará en un argumento ineludible contra el personaje. Como espectadores, una vez que identificamos el método, se pone difícil sorprendernos y medio que la vemos venir. Para evitarlo, se buscan vueltas de tuerca cada vez más complejas. Algunas funcionan, otras no.
En el plot twist más obvio de la historia de la aviación comercial contemporánea, ITA Airways anunció que tiene la intención de volver a usar la marca Alitalia en sus operaciones a partir de marzo de este año. Alfredo Altavilla, presidente de ITA Airways, lo confirmó a la comisión de transporte del poder legislativo italiano.
De acuerdo a lo reportado por Leonard Berberi en Il Corriere Della Sera, Altavilla le indicó a la cámara que «como en otras líneas aéreas europeas que tienen más de una marca bajo el mismo grupo» ITA apunta a reincorporar Alitalia, aunque no hay reportes de que se vaya a crear una división low-cost que utilice la marca, ni que el modelo de ITA vaya a mutar a LCC para dejarle la operación legacy a la tradicional Tricolori. Tampoco se definió si se utilizará para la operación de larga distancia o para viajes domésticos o intraeuropeos.
Sería un cachetazo en la cara para la autoridad de defensa de la competencia de la Unión Europea ver volar en los cielos de Europa la marca Alitalia, ya que ordenó hace menos de un año la disolución de la vieja compañía y la creación de una nueva empresa como condición imprescindible para permitir aportes del estado italiano.
Después de meses de sostener que ITA había pagado 90 millones de euros «para preservar la marca» y evitar que un competidor la compre, Altavilla dice ahora que «siempre tuvimos la intención de utilizar el nombre para integrarlo a la oferta comercial». La (re)incorporación de la marca puede tener relación con hacer más atractiva a ITA para lograr una alianza con alguna de las grandes de Europa antes de la fecha límite autoimpuesta: 30 de Junio de 2022.
El proceso de apertura a escuchar ofertas para esta alianza imprescindible empezará formalmente en febrero, cuando se abra el data room al que podrán acceder las interesadas para conocer en profundidad los resultados de la compañía en este tiempo de operación. Los números no acompañan: 170 millones de pérdidas -según Altavilla, «esperables»- y un panorama complejo mientras Omicron continúa en el horizonte.
«Una alianza es necesaria para que Ita Airways se mantenga en el mercado, pero no puede ser de fachada y basarse en falsos acuerdos comerciales: debe sustanciarse en una posición de capital», dijo Altavilla. Por otro lado, ITA está abandonando el importante hub de Milán Malpensa para concentrarse en aquello que puede operar: Fiumicino, en Roma. Una alianza puede darle suficiente tracción para recuperarlo antes que otros operadores aprovechen la debilidad y se consoliden en el norte de Italia.
Así, como en una de esas películas de suspenso que no sorprenden a nadie, la marca Alitalia volverá a volar representando a Italia en el mundo. Era cuestión de tiempo, aunque nadie esperaba que tarden tanto.
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