La potenciación de la popularización del transporte aéreo en las dos últimas décadas de debió, junto a otros factores, pero en gran parte, a la propagación de características del modelo low-cost a lo largo y ancho de la industria.
Y uno de los pilares de este se basa en la personalización de los servicios al pasajero, ofreciendo solo el transporte del punto A al punto B, y cobrando por todos los «extras» como el equipaje de mano, el facturado, la selección de asientos y el catering, entre otras cosas más.
Esto -de nuevo, junto a otros factores- permite empujar las tarifas hacia abajo al darle a la gente la oportunidad de que pague solo por lo que usa.
Claro que también provoca muchas veces confusiones, disconformidades y reclamos, principalmente en lo que respecta al equipaje y en la diferenciación entre lo que es el «elemento personal», todavía de transporte gratuito en la mayoría de las compañías aéreas y que debe ir debajo del asiento; el equipaje de mano que se lleva en los compartimentos superiores de la cabina, y el equipaje facturado que va en bodega.
Para, de alguna manera, solucionar esto y permitir que los pasajeros eviten tener que pagar por equipaje en cabina, una empresa desarrolló una ¿maleta? ¿mochila? ¿bolso? que luce exactamente como un carry on rígido y tiene sus mismas funcionalidades, pero incorpora rueditas desprendibles que no le permiten superar el tamaño máximo de lo que la mayoría de las compañías consideran «elemento personal» y así poder ser almacenado debajo del asiento.
La maleta tiene 20″ de alto por 14″ de ancho y 8″ de profundidad (45 x 35 x 20 cm), y al remover las rueditas el alto baja a 18″. El precio de esta arranca en USD 119, por lo que desde la empresa que lo creó destacan que considerando lo que las aerolíneas cobran por el equipaje de mano o facturado, la maleta se paga sola en el primer viaje.
«Como soy un pasajero frecuente de aerolíneas low-cost, para ahorrar costes, no podía creer cuando empezaron a cobrarme por llevar mi propia maleta hasta mi vuelo y subirla al compartimento superior», dijo el fundador de Take OFF Luggage, Stephen Davis. «Como las maletas bajo el asiento siguen siendo gratuitas, traté de encontrar una de ese tamaño en la que aún cupiera todo lo que necesitaba llevar». Y fue al no encontrarla que decidió diseñar junto a un amigo este modelo.
Ahora, ¿cuánto pasará hasta que las compañías avancen incluso sobre el item personal, o bien reduzcan su tamaño? ¿considerarán igual como equipaje a uno que luce como tal por más que no supere el tamaño máximo?
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