El aeródromo de Troll, en el extremo norte de la Antártida, volvió a tener protagonismo cuando este 26 de enero de 2022 aterrizó por primera vez un Boeing 737-8 de Smartwings, aerolínea con sede en República Checa. El vuelo fue contratado por Aircontact para transportar a los miembros del Instituto Polar Noruego a su base.
La estación de investigación Troll está situada a 235 kilómetros de la costa, en la parte oriental de la Tierra de la Reina Maud, en la Antártida. Dirigida por el Instituto Polar Noruego, la estación se dedica a la vigilancia medioambiental y climática, a la investigación científica y a la cartografía.
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El vuelo a la Antártida
El vuelo más allá del Círculo Polar Ártico se desarrolló sin problemas. El Boeing 737 MAX de Smartwings (matrícula OK- SWB) despegó de Oslo (Noruega) con destino a Ciudad del Cabo (Sudáfrica) con escala en Yamena (Chad). Desde Ciudad del Cabo, el avión continuó hacia la Antártida. El vuelo duró 6 horas y el avión permaneció en la Antártida durante 2 horas, antes de partir de nuevo hacia Oslo vía Ciudad del Cabo.
La tripulación del avión Smartwings recibió durante el vuelo continuos informes meteorológicos y actualizaciones sobre la operatividad del aeropuerto a través del enlace de datos y de la comunicación telefónica por satélite.
Let odstartoval z norského Oslo a po mezipřistání v čadském N'Djamena směřoval do jihoafrického Kapského města, odkud zamířil na Antarktidu. Let na trase Kapské Město – Troll Airfield trval 6 hodin. Na Antarktidě letadlo strávilo 120 minut.
?: Sven Lidström pic.twitter.com/u0kNmU5PdU
— Smartwings (@SmartwingsGroup) January 26, 2022
La pista de aterrizaje y despegue de 3.000 metros de longitud es desafiante, dado que esta ubicado sobre un glaciar de 1.232 de altura sobre el nivel de mar. Se debió medir y analizar el grosor del hielo para llevar a cabo la operación. El Instituto Polar Noruego calculó la acción de frenado antes de la operación, para permitir el despegue y el aterrizaje de acuerdo con los reglamentos y las normas de los fabricantes de aviones, manteniendo todos los márgenes de seguridad.
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Preparación de la tripulación
El aterrizaje en un glaciar requiere una tripulación especialmente entrenada, y el vuelo estuvo conformado por tres experimentados capitanes de la compañia: Tomáš Nevole, Jan Šťastný y Lubomír Malík. «Es necesario prepararse a fondo para un vuelo así. Los preparativos duraron muchos meses, y el vuelo y el aterrizaje se desarrollaron sin problemas», afirmó Nevole.
Los capitanes tuvieron que recibir una formación especial para familiarizarse con la zona y la pista de aterrizaje. Todos los miembros de la tripulación recibieron formación sobre supervivencia en el Ártico. La aeronave estaba equipada con kits de supervivencia polar que incluían ropa para la tripulación y, además, se llevaron a bordo algunas piezas de repuesto críticas.
La meteorología se vigiló estrechamente 5 días antes de la operación utilizando la previsión de los institutos meteorológicos alemanes DWD y AWI con recursos en la Antártida. Para este tipo de operaciones, el control aéreo de la compañía asignó al menos un despachador que vigiló y evaluó constantemente el estado de la pista de aterrizaje y la meteorología, y permaneció en contacto con la tripulación en caso de que se produjeran cambios. Durante el vuelo, el departamento técnico de Smartwings en Praga evaluó el estado técnico de la aeronave a través de un enlace de datos automatizado.
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No es posible planificar ningún aeropuerto alternativo en lugar del aeródromo de Troll, que cuenta con todo el equipamiento necesario, incluyendo, pero no limitándose a: servicios de extinción de incendios adecuados, cartas de aproximación hechas a medida y personal experimentado responsable del aeródromo, dirigido por Sven Lidström, del Instituto Polar Noruego. Debido a que se trata de un aeropuerto denominado aislado, en el que no hay otras opciones de aterrizaje al alcance, fue necesario obtener la evaluación y la aprobación de la Autoridad de Aviación Checa para utilizar Troll como Aeródromo Aislado.
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