En la tarde del 24 de enero, la Federal Aviation Administration confirmó que Boeing y los operadores del 737 MAX -9 tienen un programa de revisiones aprobado para que, una vez completado, los aviones puedan volver al servicio activo.
«La revisión exhaustiva que realizó el equipo me permite a mí y a la FAA tener confianza para proceder con la fase de inspección y mantenimiento» dijo el Administrador de la agencia, Mike Whitaker. Tras realizar las revisiones en los 171 aviones afectados, estos podrán volver a operar vuelos comerciales.
Sin embargo, no todas son buenas noticias para Boeing: Whitaker confirmó que no aprobará ninguna solicitud de ampliación de producción para las líneas de 737 MAX «hasta que estemos seguros de que los problemas de control de calidad descubiertos durante este proceso fueron solucionados.»
La FAA dio el visto bueno al proceso de revisión y mantenimiento tras analizar las reparaciones realizadas en 40 aviones. Además, convocó a un Panel de Revisión de Acciones Correctivas (Corrective Action Review Board- CARB), que analizó y aprobó dicho proceso.
Las acciones a realizar sobre las puertas anuladas son:
- Una inspección de tuercas, guías y ajustes específicos
- Inspecciones visuales detalladas de los ajustes de las puertas y «docenas» de componentes asociados
- Ajustar el torque de los atornilladores
- Corregir cualquier daño o condición anormal
Crisis de confianza: Boeing en la mira de la FAA
Más allá de la aprobación del plan de mantenimiento, la agencia endureció las condiciones de control y auditoría sobre Boeing. Como parte de un paquete de medidas, la FAA decidió no permitir que el fabricante incremente el ritmo de producción del 737 MAX, lo que significa un golpe mayúsculo para Boeing, ya que apostaba fuertemente a subir el production rate para recortar el terreno que le ganó Airbus con la familia A320neo -y más específicamente con el A321neo- en el segmento narrowbody.
Además, la FAA decidió lanzar una investigación para verificar el cumplimiento de Boeing con los requerimientos de fabricación, incrementar la vigilancia sobre el fabricante aumentando la presencia de sus ingenieros en las fábricas y dar inicio a una serie de reformas orientadas a la seguridad en los sistemas de control de calidad y delegación.
Si bien la aprobación de un plan de revisión que le permita a las aerolíneas volver a volar con el 737 MAX -9 es una buena noticia, el resto de las medidas que tomó la FAA complican a Boeing en el futuro cercano y de mediano plazo.
No se puede decir que sorprende, ni que no se merezca. Pero los meses y años que vienen hacen que la crisis del MAX recién esté empezando.
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