Vuelos de Aerolíneas Argentinas con base Córdoba evitando el AMBA: Lo que el virus se llevó
Corrió rápido la noticia: Aerolíneas Argentinas analiza mudar temporalmente su operación a Córdoba. Esto circuló este lunes por varios medios generalistas, y refieren a un documento llamado «Propuesta sanitaria para el reinicio de la actividad» en el que se detallan tres alternativas.
Ciertamente, existe tal documento, y se le presentó al Ministro de Transporte Mario Meoni a principios de Junio (que en tiempo de pandemia parece que hubiera sido hace dos años), cuando la idea de la cartera era restablecer los vuelos entre provincias con pocos o ningún contagio, para recuperar al menos una parte de la actividad aerocomercial y también impulsar las economías de aquellas ciudades que podrían haber tenido vuelos bajo esas condiciones. Pero, como decíamos, eso fue hace un mes. Toda una vida.
En ese entonces, Transporte manejaba tentativamente un adelanto de la fecha de restablecimiento que había dictado ANAC: nunca se definió un número exacto, pero se pensaba en mediados de Julio, en lugar de el -ahora no tan- lejano 1 de septiembre. Como refleja la nota, esos planes del Ministerio fueron derribados por un montón de realidad.
Por lo tanto, fuentes consultadas dentro de la compañía confirmaron la veracidad del documento -que también pudimos ver-, pero insisten en que es parte de una serie de propuestas que por el momento tienen sólo ese estatus: propuesta.
Las tres propuestas, en resumen, plantean:
- Un sistema de vuelos punto a punto cuyo centro de distribución es Buenos Aires: 33 rutas. (Ejemplo: Buenos Aires-Salta, Salta-Buenos Aires)
- Un sistema de corredores federales donde el inicio y fin de la operación diaria también es Buenos Aires, pero suma un vuelo interprovincial (Por ejemplo, Buenos Aires-Salta, Salta-Neuquén, Neuquén Buenos Aires)
- El sistema de base Córdoba, en el que también se operan tramos interprovinciales, pero se excluye al Área Metropolitana de Buenos Aires (Sólo operaría a Mar del Plata y Bahía Blanca).
Claramente, la afectación de flota y personal es distinta en las tres propuestas, y la alternativa 3 es la que menor porcentaje de horas bloque supone, representando un 7% del total de horas voladas en Julio 2019. La alternativa 2 supone un 15% y la 1, un 22% del total volado en igual mes del mismo año.
Todo esto, con las previsiones que en su momento se habían adelantado: una ocupación reducida en los aviones – bloquear asientos en los Boeing 737 para que se sienten cuatro pasajeros por fila en lugar de seis y reducir la capacidad de los Embraer 190 a la mitad.
Por lo que sabemos, el plan existe pero es todavía muy temprano para saber cómo y cuándo se pondrá en práctica, si es que efectivamente lo hace siguiendo alguna de estas tres variantes. Tal vez exista una versión superadora, o alguna nueva condición propia de la pandemia escapa al análisis del documento presentado y estos planes se vuelven innecesarios, o imposibles. Lo que sabemos hoy es que este documento es, a esta altura de los acontecimientos, más una expresión de deseos que una posibilidad concreta.
Por el momento, no queda otra que esperar, y bajar la ansiedad. Aquella fecha que parecía lejana no lo es tanto, y quién sabe si finalmente, no deberá volver a correrse.
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