Rusia quiere usar fondos congelados para comprar aviones Boeing cuando se firme el alto el fuego con Ucrania
En medio de las complejas negociaciones en curso entre Estados Unidos y Rusia para buscar una salida al conflicto en Ucrania, Moscú ha presentado una propuesta específica que impacta directamente al sector aeronáutico: solicita permiso a Washington para utilizar parte de los fondos soberanos rusos congelados por las sanciones para adquirir aeronaves del fabricante estadounidense Boeing, una vez que se establezca un alto el fuego efectivo.
La propuesta, reportada por diversas fuentes internacionales en los últimos días y citada por nuestro medio asociado Aeroin, emerge como un reflejo de la profunda crisis que atraviesa la aviación civil rusa. Tras más de tres años de sanciones occidentales, las aerolíneas del país enfrentan enormes dificultades para mantener operativas sus flotas de Airbus y Boeing por la falta de repuestos y soporte técnico.
Aunque Rusia ha logrado nacionalizar o adquirir la propiedad de unos 165 aviones occidentales que estaban en leasing (cerca del 40% de su flota previa), muchos aún enfrentan problemas de registro internacional. Los proyectos domésticos como el MC-21 y el SSJ-100 siguen sin despegar a la escala necesaria, y la reciente exclusión del proyecto C929 con China limita las opciones de fuselaje ancho.
Según informes, Rusia estaría interesada en destinar alrededor de 5.000 millones de dólares de sus reservas congeladas (de un total estimado de 280.000-300.000 millones bloqueados a nivel global, la mayoría en Europa) para esta compra. Adicionalmente, Moscú ha solicitado el levantamiento de las sanciones a su aerolínea de bandera, Aeroflot, y la reanudación de vuelos directos con Estados Unidos.
Esta petición rusa llega en un momento particular para Boeing. El fabricante estadounidense enfrenta actualmente la suspensión de nuevas entregas de aviones a China, ordenada por Pekín como represalia directa a los aranceles impuestos por la administración del presidente Donald Trump. Esta situación en el crucial mercado chino podría hacer que Boeing vea con interés la posibilidad de un pedido ruso significativo y con pago garantizado, aunque políticamente complejo.
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Las negociaciones, mediadas activamente por la administración Trump, son delicadas. La propuesta rusa de usar los activos congelados está estrictamente condicionada a un alto el fuego previo. Mientras tanto, en Estados Unidos y Europa continúa un intenso debate sobre el destino de los activos rusos congelados, con presiones legislativas (como la Ley REPO en EE.UU.) para utilizarlos en la reconstrucción y apoyo a Ucrania, aunque la política actual de la Casa Blanca sobre su posible uso para compras rusas no está del todo definida y la idea predominante en el G7 es usar los intereses generados para ayudar a Kiev.
La viabilidad de esta propuesta dependerá del curso de las negociaciones de paz, donde aún persisten importantes desacuerdos, y de la voluntad política de la administración estadounidense para considerar una medida que entrelaza directamente la resolución del conflicto, las sanciones económicas y el futuro de la aviación comercial rusa.
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