Los pasajeros que tengan residencia en la provincia de Buenos Aires y arriben desde el exterior a partir del 1 de julio deberán realizar un aislamiento de cuatro días en hoteles designados por el estado, y deberán completar la semana en sus domicilios particulares, confirmó Carlos Bianco, jefe de Gabinete bonaerense, en una conferencia de prensa realizada en la mañana de este martes.
Los costos de alojamiento estarán a cargo de los pasajeros y habrá multas de más de ARS 4.000.000 para quienes inclumplan el aislamiento (USD 41.000 al cambio oficial y casi USD 24.000 al cambio paralelo).
De todas maneras, a 48 horas del inicio de la vigencia de la medida, Bianco informó que los equipos legales y técnicos todavía están trabajando en su implementación y que habrá un registro de hoteles a los cuales podrán recurrir los pasajeros. Se estima que de los 600 pasajeros diarios cuyo ingreso está permitido, alrededor de 250 o 300 residen en la provincia de Buenos Aires.
Todo esto se complementa con el test que los pasajeros deben presentar antes de embarcar, el segundo que se realiza al arribo, y el tercer test que se realiza al séptimo día.
«Tenemos que evitar que ingrese la variante Delta. Probablemente no logremos hacerlo pero sí demorar su ingreso», manifestó Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, justificando las medidas de restricciones.
De esta manera se convierte en la primera jurisdicción en alinearse con la medida nacional que requería que los pasajeros internacionales se aislen en lugares designados para tratar de contener el incumplimiento en domicilios particulares.
Ver también: Argentina endurece restricciones: menos vuelos y cuarentena en lugares designados
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