¿Más F-35 o F-47? Japón evalúa alternativas ante posibles retrasos en el desarrollo de su Caza de Sexta Generación
Tokio considera opciones que incluyen la adquisición de más F-35 o la modernización de sus F-2 y F-15J, mientras surgen informes sobre una oferta estadounidense por el F-47.
Fuentes cercanas a las discusiones de defensa en Japón revelan una creciente inquietud en Tokio respecto al cumplimiento del cronograma establecido para el programa Global Combat Air Programme (GCAP). El proyecto trilateral, que involucra a Japón, Reino Unido e Italia, tiene como meta la entrada en servicio de un caza de sexta generación para 2035, pero dudas sobre la celeridad de los socios europeos podrían postergar este objetivo.
El GCAP, formalizado en 2022, es un desarrollo crucial para las tres naciones, destinado a reemplazar a los cazas Mitsubishi F-2 en Japón y a los Eurofighter Typhoon en Reino Unido e Italia. Para Tokio, la puntualidad del programa es vital para asegurar la continuidad de sus capacidades de defensa aérea frente a las constantes actividades aéreas de China y Rusia en la región.
Una de las fuentes, con conocimiento directo de las deliberaciones internas, apuntó que la falta de urgencia percibida en Londres y Roma, junto con la complejidad de alinear los conceptos operativos de cada nación, podría empujar el despliegue del nuevo caza más allá de 2040.
Ante este panorama, Japón explora activamente planes de contingencia. Entre las opciones que se barajan, se encuentra la posible adquisición de un número adicional de cazas F-35 de Lockheed Martin. Japón ya es el mayor cliente internacional del F-35, con un pedido total de 147 aeronaves, que comprenden 105 unidades de la variante F-35A y 42 de la F-35B de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL). A la fecha, la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón (JASDF) recibió 43 F-35A, mientras que la entrega de seis F-35B experimenta demoras.
No obstante, la idea de adquirir más F-35 no está exenta de debate interno. Un influyente legislador del gobernante Partido Liberal Democrático, quien solicitó anonimato, expresó su escepticismo al declarar que "ya pagamos por muchos artículos y no llegaron. No es correcto que nos digan que compremos más cuando los pedidos anteriores no se cumplieron".
La otra alternativa principal bajo estudio es la extensión de la vida operativa de la flota existente de cazas Mitsubishi F-2, una aeronave desarrollada hace tres décadas en colaboración con Lockheed Martin y basada en el diseño del F-16. Este plan implicaría un programa de modernización para mantener su relevancia combativa hasta la eventual llegada del caza GCAP. Adicionalmente, Japón ya tiene en marcha un programa para actualizar 68 de sus aproximadamente 200 interceptores F-15J al estándar F-15JSI (Japanese Super Interceptor).
En el ámbito diplomático y comercial, la posible compra de más material militar estadounidense podría tener implicaciones. Ryosei Akazawa, jefe negociador comercial de Japón, quien se encuentra en Washington para conversaciones sobre aranceles, comentó previo a su partida que "la compra de equipos de defensa por parte de Japón contribuiría al superávit comercial de Estados Unidos, por lo que, en ese sentido, podría considerarse (en las conversaciones comerciales)".
Esta declaración sugiere que Tokio podría usar las adquisiciones de defensa como un elemento en las negociaciones con la administración estadounidense. Se anticipa que el Primer Ministro japonés, Shigeru Ishiba, se reúna con el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en junio durante la cumbre del G7 en Canadá.
Una variable adicional surgió con informes del periódico Asahi Shimbun, que indican que el Presidente Trump habría propuesto el caza F-47 de Boeing al Primer Ministro Ishiba durante una conversación telefónica el pasado 23 de mayo. El F-47 es la designación del caza tripulado del programa Next Generation Air Dominance (NGAD) de la Fuerza Aérea de EE.UU. Según los informes, Trump elogió a los aviones estadounidenses y preguntó a Ishiba sobre su interés, prometiendo "lo mejor" para Japón.
Se menciona que Trump también hizo referencia al F-22 Raptor y a un supuesto "F-55", descrito como un F-35 bimotor, aunque no existe confirmación oficial de tal desarrollo. El costo unitario del F-47 se proyecta entre 180 y 200 millones de dólares, considerablemente superior al del F-35.
Un portavoz del Ministerio de Defensa japonés, a través de su agencia de adquisiciones, mantuvo la postura oficial al afirmar que "el objetivo de despliegue para 2035 no cambia", y añadió que no tiene "conocimiento de ningún plan para realizar pedidos adicionales del F-35". De manera similar, un portavoz del Ministerio de Defensa británico aseguró que "el Reino Unido, Italia y Japón se centran en entregar un avión de combate de próxima generación para 2035 y estamos progresando firmemente". El Ministerio de Defensa italiano no emitió comentarios al momento de la consulta.
El programa GCAP es liderado por Mitsubishi Heavy Industries en Japón, BAE Systems en el Reino Unido y Leonardo en Italia. Uno de los atractivos para Tokio es la posibilidad de desarrollar un caza sin las restricciones operativas que a menudo acompañan las compras de material militar estadounidense, permitiendo modificaciones y mantenimiento sin la necesidad de aprobación externa. La posible incorporación de Arabia Saudita al programa podría aportar financiación adicional y un mercado de exportación para el futuro caza.
La decisión que tome Japón en los próximos meses será determinante no solo para la configuración de su futura fuerza aérea, sino también para el destino del programa GCAP y las dinámicas de la industria de defensa global.
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