Gambito de arancel: la aviación comercial, peón de una partida en la que todos pierden
El aumento de aranceles por parte de Estados Unidos es un tsunami del que vimos sólo las primeras olas en el comercio global, afectando a todas las industrias que estuvieron décadas trabajando décadas detrás de la premisa de un mundo sin barreras comerciales.
La industria de la aviación comercial, que tuvo -tiene- (¿y tendrá?) su propio debate entre proteccionismo y apertura, se encuentra particularmente expuesta a esta repentina pateadura de tablero.
Si bien la medida pareciera ser sólo una invitación poco cordial a renegociar las condiciones del comercio global, la industria teme que el aumento de los costos operativos, una posible contracción de la demanda de pasajeros e importantes disrupciones en las intrincadas cadenas de suministro globales, contraiga un mercado que -con sobresaltos- venía recuperándose tras la pandemia.
Dentro de ese panorama mundial, podemos identificar ramificaciones específicas y complejas para América Latina y, en particular, para Brasil.
Costos, demanda y cadenas de suministro: Under Pressure
La decisión de EE.UU. de incrementar los aranceles afectaría directamente la estructura de costos de la aviación.
Costos operativos, en aumento: Las aerolíneas enfrentan un encarecimiento de partes y componentes importados, cruciales para el mantenimiento (MRO) y la reparación de aeronaves. Los fabricantes, como Boeing y Airbus, ven incrementados sus costos de producción debido a los aranceles sobre materias primas clave como el acero y el aluminio, además de componentes importados.
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Este aumento podría trasladarse al precio final de los aviones nuevos, sumando presión a las finanzas de las aerolíneas, ya afectadas por la volatilidad del combustible. Incluso equipos de tierra y desarrollo de infraestructura aeroportuaria podrían verse afectados.
Claramente, este incremento en el precio de los aviones nuevos incrementa la presión sobre los contratos de leasing, lo que a su vez impulsa un aumento de los arriendos en toda la cadena. No sólo hablamos de el avión recibido de fábrica, sino de las aerolíneas que incorporan en leasing un avión que ya tuvo operadores previos.
Demanda, en retroceso: La incertidumbre económica generada por la guerra comercial podría desacelerar la economía global. Históricamente, durante una recesión se reduce el gasto discrecional, afectando directamente los viajes de ocio y negocios.
Si las aerolíneas trasladan los mayores costos al precio de los pasajes, la demanda podría verse doblemente afectada: por la menor capacidad económica general y por el encarecimiento directo de los pasajes aéreos, especialmente en rutas internacionales conectadas con EE.UU.
Cadenas de suministro fragmentadas: La fabricación de aviones depende de una red global de proveedores extremadamente compleja. Los aranceles sobre componentes importados y la potencial expiración de exenciones (como las relacionadas con el T-MEC/USMCA para México y Canadá en ciertos ámbitos) amenazan con interrumpir este flujo, causando retrasos en la producción y entrega de aviones.
Boeing, con su fuerte base exportadora y dependencia de proveedores globales, parece especialmente vulnerable, al igual que Airbus por los componentes importados desde Europa para sus sitios fuera de la UE.
Esta situación amenaza con revertir décadas de optimización logística en el sector aeroespacial. Además, se pone fin a 45 años de comercio libre de aranceles en el sector bajo el Acuerdo sobre el Comercio de Aeronaves Civiles de la OMC.
La respuesta internacional: entre la represalia y la resignación
La política arancelaria estadounidense está provocando reacciones: socios comerciales clave como China y la Unión Europea anunciaron o implementaron aranceles de represalia sobre bienes estadounidenses, incluyendo potencialmente productos aeroespaciales.
Esto podría dañar severamente la competitividad de empresas como Boeing en mercados cruciales. Se teme una escalada hacia una guerra comercial más amplia, con consecuencias impredecibles pero seguramente negativas para la aviación global. Además, los patrones de viaje podrían modificarse, con una posible disminución de los viajes hacia y desde EE.UU. en favor de destinos menos afectados o más económicos.
América Latina: tristeza nao tem fim, tranquilidade sim
Si bien la mayoría de los países latinoamericanos enfrentan un arancel base del 10% sobre sus exportaciones a EE.UU. (una tasa inferior a la impuesta a China o la UE), el impacto no será menor.
- Impacto directo e indirecto: Este arancel afectará los ingresos por exportaciones de la región, limitando potencialmente la inversión en sectores como la aviación. Además, una desaceleración económica global inducida por los aranceles afectaría indirectamente a las economías latinoamericanas y su sector aéreo. El turismo entre EE.UU. y la región también podría resentirse.
- Brasil bajo la lupa:
- Aerolíneas: Enfrentarán mayores costos operativos por partes importadas y mantenimiento. La posibilidad de aranceles de represalia por parte de Brasil podría exacerbar la situación. Una menor demanda global o estadounidense afectaría sus ingresos.
- Embraer: El fabricante brasileño, un jugador global clave, enfrenta un arancel del 10% sobre sus aeronaves y equipos exportados a EE.UU., lo que podría mermar su competitividad frente a fabricantes de regiones exentas (como Canadá bajo ciertas condiciones del T-MEC). Sus costos de producción también aumentarían por los aranceles sobre componentes importados. Analistas como Wolfe Research ya manifestaron su preocupación por el impacto en la valoración de Embraer, y de hecho Wolfe la redujo de Outperform a Peer Reform.
- Turismo: El flujo turístico bidireccional entre EE.UU. y Brasil podría disminuir por el encarecimiento de los viajes y la incertidumbre económica.
- Aerolíneas: Enfrentarán mayores costos operativos por partes importadas y mantenimiento. La posibilidad de aranceles de represalia por parte de Brasil podría exacerbar la situación. Una menor demanda global o estadounidense afectaría sus ingresos.
Sin embargo, no todo está perdido: ciertos análisis sugieren que, al enfrentar aranceles menores que otras regiones, los productos latinoamericanos (incluyendo los de Brasil) podrían ganar cierta competitividad relativa en el mercado estadounidense. Además, podría incentivarse un fortalecimiento de lazos comerciales con otras regiones, como China.
Incertidumbre y estrategias de mitigación
Expertos y analistas coinciden en gran medida en las perspectivas negativas generales (costos, demanda, cadenas de suministro), aunque reconocen la alta incertidumbre. La industria probablemente buscará mitigar los efectos mediante la diversificación de proveedores, incrementar el lobby gubernamental para obtener exenciones, avanzar en una optimización de la logística, revisar las políticas de precios y aumentar el enfoque en la eficiencia operativa y reducción de costos.
Los nuevos aranceles estadounidenses plantean un desafío gigante para la aviación comercial global. Aunque América Latina y Brasil podrían enfrentar un impacto directo relativamente menor en comparación con otras potencias económicas, las consecuencias sobre costos, demanda, la competitividad de Embraer y el turismo son innegables.
La industria se adentra en un período de volatilidad e incertidumbre, donde la capacidad de adaptación estratégica será crucial para navegar un entorno comercial global cada vez más complejo y potencialmente conflictivo. El seguimiento cercano de la evolución de estas políticas y sus repercusiones será fundamental para todos los actores del sector aéreo en los próximos meses. Habrá que ver.
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