El resumen de pedidos y entregas de los fabricantes muestra periódicamente la evolución del mercado aerocomercial, y a veces también permite ver las condiciones políticas cambiantes de la aviación global.
Así, un pedido de cliente no identificado puede convertirse en una adquisición polémica, o un contrato con una aerolínea o grupo de aerolíneas puede enviar un mensaje político fuerte a nivel mundial o regional.
Cuando Airbus anunció en 2016 que había firmado un acuerdo con Irán para reequipar sus aerolíneas con 100 aviones nuevos, la reacción fue de sorpresa y un poco de contrariedad. La aviación comercial iraní sufre desde hace décadas los efectos de un embargo occidental sobre aviones, insumos y repuestos que convierte a su espacio aéreo en uno de los más inseguros del mundo.
En el archivo de diciembre de 2022 se podía ver el detalle: Iran Air había pedido 6 A320ceo, 32 A320neo, 8 A321ceo, 10 A330-200, 28 A330neo y 16 A350-1000.
Además de este contrato multimilllonario, Iran fue por otro pedido de 120 aviones a Boeing: 80 de Iran Air (50 737 MAX, 15 777-300ER y 15 777-9), 30 737 MAX para Aseman Airlines y 10 para Kish Air. Y ya que estamos, también pidió aviones regionales a ATR.
Y un día, llegó Trump
Pero llegó la presidencia de Trump, y la relajación de tensiones que permitió estas órdenes se esfumó. La geopolítica pudo más y el país sólo recibió 2 A330-200 y un A321-200. De los casi 250 aviones pedidos, sólo esos tres llegaron de forma directa a Irán.
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Triangulación: el recurso creativo iraní
Claro que la falta de equipos generó que la creatividad iraní se pusiera nuevamente en marcha y la aceitada máquina de triangulación que todos conocen y nadie evita le permitió incorporar algunos aviones por vías no tradicionales. Sin ir más lejos, los Airbus A340 que eran de Turkish Airlines y misteriosamente se desviaron todos juntos y en la misma fecha.
Un satélite los encontró en un aeropuerto remoto del sur de Irán, donde estuvieron un breve lapso hasta que se incorporaron a Iran Air.
Esta es la misma maquinaria que le permitió a Mahan Air desprenderse del ya conocido Boeing 747-300M que terminó en la venezolana EMTRASUR, división de carga de Conviasa.
Aunque en realidad es más preciso decir que el avión terminó en el aeropuerto de Ezeiza, y de allí se irá confiscado a Estados Unidos.
Al remover los aviones ordenados del backlog, Airbus dio fin formal a un contrato que tenía muy pocas chances de llegar a término. Sin embargo, y con un ojo en la seguridad operacional, sería importante que se le permita a las aerolíneas iraníes renovar sus flotas civiles.
El riesgo de que terminen operando o transportando material y personal con vínculos a actividades terroristas es grande, sí. Pero el riesgo de operar aviones en las condiciones en las que lo hace Irán es también enorme para pasajeros y tripulaciones.
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