El nuevo gerente de Boliviana de Aviación tiene un gran reto por delante: «La situación de la empresa es de las más difíciles»
Boliviana de Aviación transita la peor crisis en 13 años desde su inicio de operaciones. Los conflictos políticos y sociales que vivió Bolivia en 2019, sumados a la pandemia, la pusieron en una situación crítica
El mes pasado, todavía bajo la gestión de gobierno anterior, BoA salió a desmentir las acusaciones de Constantino Klaric, un asesor aeronáutico que cuestionaba la incapacidad del gobierno por la situación económica de la empresa, pero finalmente la realidad sale a la luz.
“La puesta en tierra de la flota de aeronaves tuvo un efecto negativo en la generación de ingresos; provocando pérdidas por 132 millones de dólares que impactaron en las finanzas de la empresa, los escasos ingresos se utilizaron para cubrir el pago de bienes y servicios esenciales para la operación”, dijo Ronald Casso, gerente de la empresa estatal BoA en una entrevista para el diario “La Razón”, quien asumió en el cargo el 2 de diciembre con el objetivo de reflotar la aerolínea.
“La empresa que dejé no es la misma”, dijo Casso en referencia a su retorno al puesto. “La pandemia azotó al país y la aerolínea estatal pasó de generar ingresos de entre 25 y 30 millones de dólares al mes, a cero durante varios meses, por lo que el pago de obligaciones como salarios, impuestos, alquileres, pago a proveedores, entre otros, fue imposible de cumplir”, argumentó.
“La situación de la empresa es de las más difíciles. El duro impacto por la pandemia significó la crisis más grande en la historia de la aviación”, y recalcó que muchas aerolíneas del mundo se encuentran en la misma situación.
El ejecutivo enfatizó que previo a la pandemia BoA fue afectada por ciertos «intereses», aunque no aclaró a quiénes se refería.
“Para favorecer dichos intereses se quitaron frecuencias y se hicieron cambios en el itinerario, afectando los vuelos con mayor demanda, beneficiando de esta manera a la competencia. También se ha encontrado un pasivo a corto plazo superior a los 33 millones de dólares”.
“Es triste enterarse de lo que ocurrió con la empresa durante los últimos 11 meses (período que estuvo al mando de Jeanine Áñez), siendo que BoA es de y para los bolivianos”, lamentó Casso, quien dirigió la aerolínea estatal más de 10 años, desde su creación en 2007 hasta noviembre de 2019.El directivo detalló a La Razón seis desafíos que deberá enfrentar BoA para recuperarse:
1.- Negociar las diferentes deudas de corto plazo y definir nuevas condiciones de leasing de aeronaves;
2.- Flexibilizar las condiciones de compra de tickets.
3.- Implementar canales digitales.
4.- Lograr eficiencia en los costos.
5.- Hacer una “reingeniería” de la compañía para asegurar la sostenibilidad en el largo plazo.
6.- Conseguir apoyo financiero a través de la inyección de recursos, que deben ser gestionados ante el Gobierno y otras fuentes.
Casso también señaló que para el estado es importante salvar a una aerolínea dado que una economía no puede quedarse sin el eslabón del transporte aéreo.
“Boliviana de Aviación actualmente opera a nueve destinos nacionales: La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Tarija, Yacuiba, Sucre, Trinidad, Cobija y Oruro, y es la única aerolínea que conecta a todo el país”, destacó el ejecutivo.
La aerolínea posee 20 aeronaves, de las cuales 14 se encuentran operables con un promedio de 19 años de antigüedad. La flota está compuesta por: 4 Boeings 767-300, 4 Boeing 737–800, 4 Boeing 737– 700, 7 Boeing 737–300 y 1 Bombardier CRJ–200. Las seis aeronaves que no están operativas es por falta de repuestos y servicios de mantenimiento pendiente.
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